Las unidades de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón contaron por primera vez con el Vehículo Blindado Ligero, altamente móvil y bien defendido, desde 2002. Su diseño ha demostrado ser exitoso, capaz de alcanzar velocidades de hasta 100 km/h gracias a su motor diésel de 160 CV. Estuvo desplegado en Irak desde 2004, y los vehículos posteriores se actualizaron con las lecciones aprendidas del duro servicio allí, incluyendo mejoras como un soporte trasero para bidones de combustible y la rueda de repuesto. Se incorporaron mejoras, como lanzadores de humo y ametralladoras, según la unidad.